El informe preliminar del accidente aéreo del Boeing 737-800 de Jeju Air, que ocurrió el 29 de diciembre en el Aeropuerto Internacional de Muan, Corea del Sur, señala que restos de ADN pertenecientes a la cerceta del Baikal, un pato migratorio, se encontraron en ambos motores de la aeronave. Este hallazgo refuerza la hipótesis de que una colisión con aves pudo haber contribuido al desastre, que dejó 179 víctimas mortales.
La cerceta del Baikal es una especie común en las rutas migratorias asiáticas durante la temporada de invierno. Según el informe, el impacto con las aves habría provocado una falla catastrófica en los motores del avión, que perdió potencia durante la maniobra de aproximación final. Las autoridades señalaron que este tipo de incidentes, conocidos como bird strikes (choques con aves), representan un riesgo significativo para la aviación, especialmente cuando afectan a ambos motores de una aeronave.
Expertos en seguridad aérea trabajan en la recuperación y análisis de las grabadoras de vuelo y datos de la caja negra para entender cómo las tripulaciones manejaron la emergencia y si existieron otros factores contribuyentes. Además, la investigación evaluará si los sistemas de protección del aeropuerto contra la fauna local eran adecuados.
Este caso vuelve a subrayar la importancia de implementar medidas para minimizar los riesgos de impactos con aves, especialmente en aeropuertos ubicados cerca de rutas migratorias.
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