Por Frank Sánchez .
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Cuando somos niños, la lluvia no nos asusta. Al contrario, queremos sentir cada gota caer sobre nuestra piel, correr descalzos, jugar y reír bajo el cielo gris. Pero entonces aparece la voz de mamá o papá:
> “¡No te mojes, que te vas a agripar!”
Y así, sin darnos cuenta, esa frase se siembra como una semilla en nuestro subconsciente.
Años después, ya adultos, basta con que nos caiga una simple llovizna para que esa programación interna se active: “me voy a enfermar”.
Nuestro cuerpo, obediente a lo que creemos, responde bajando las defensas y cumpliendo el decreto inconsciente que alguna vez nos impusieron con buena intención.
Es un ejemplo simple de cómo la mente tiene poder sobre el cuerpo, y de cómo las creencias repetidas moldean nuestra realidad.
✨ Por eso, hoy podemos reprogramarnos.
Podemos agradecer la lluvia, sentirla como símbolo de limpieza y renovación. En vez de decretar enfermedad, podemos afirmar:
> “Mi cuerpo es fuerte y está protegido.”
“Cada gota que cae me purifica y me llena de energía nueva.”
“Mi mente y mi cuerpo están en armonía.”
Cuando cambiamos el pensamiento, cambia la vibración.
Y cuando cambia la vibración, cambia la realidad.
Así que la próxima vez que llueva, no temas.
Recuerda al niño que alguna vez fuiste…
Y en lugar de repetir viejas creencias, decreta salud, fortaleza y bendición.
Por Frank Sánchez
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✨ Feliz día 🌧️💫


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