“Esta estatua tiene que desaparecer”, declaró el concejal Carlos Ramírez Rosa del Distrito 35, en una conferencia de prensa realizada al pie de la estatua del navegante de origen genovés, que se ubica en un parque que bordea el Lago Michigan.
“Cuando se tiene una estatua en una plaza pública, se da a entender que se trata de alguien que debe ser celebrado”, agregó.
En ese lugar, este viernes por la noche, unas mil personas que manifestaban en apoyo de los afroamericanos y los pueblos indígenas, intentaron arrancar la estatua de su pedestal y fueron reprimidos a bastonazos por la policía, que además arrojó gas pimienta.
Los manifestantes arrojaron fuegos artificiales, piedras, botellas de agua congelada y otros objetos a la policía. Algunos se treparon a la estatua y la rodearon con cuerdas, de las cuales jalaron luego para tratar de derribarla infructuosamente.
La alcaldesa respondió este sábado en un comunicado que apoya las manifestaciones pacíficas, pero la de ayer se “volvió violenta” y tuvo que ser controlada por la Policía.
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