Por Frank Sánchez
Editorial | Mirador Web
Nació en un pequeño pero significativo rincón del sur profundo, en la Colonia Española de Duvergé, fundada en mil novecientos cincuenta y ocho. Hijo de don Ismael García Garro, el joven Sammy Valente siguió un camino de esfuerzo, estudio y superación que lo llevó a Santiago de los Caballeros y luego, en mil novecientos ochenta y tres, al corazón de San Pedro de Macorís, la ciudad que lo adoptó sin papeles, pero con el afecto y el aplauso de su gente.
Ingeniero agrónomo de profesión y artista de alma, Sammy Valente eligió la música como su bandera y a San Pedro como su escenario permanente. En el esplendor de su carrera, cuando pudo residir en España —su segundo hogar— o en cualquier otro país donde su arte era reconocido, decidió quedarse aquí, entre nosotros, defendiendo y representando con orgullo el nombre de esta ciudad.
Su obra, que incluye éxitos de alcance internacional como “La Fruta Prieta”, ha proyectado la identidad dominicana y el nombre de San Pedro de Macorís en escenarios más allá de nuestras fronteras. Sin embargo, y a pesar de sus más de treinta y cinco años de trayectoria artística, ni el Ayuntamiento ni instituciones locales han otorgado a Sammy el reconocimiento que merece. Cuatro períodos del anterior alcalde y los que lleva el actual honorable Raimundo Ortiz han pasado sin que este artista —que tanto ha hecho por la cultura y el buen nombre de nuestra ciudad— haya sido invitado siquiera a eventos patrióticos o inauguraciones oficiales.
Desde Mirador Web creemos que San Pedro de Macorís tiene una deuda moral y cultural con este caballero, que nos honra con su talento, humildad y persistencia. Por ello, levantamos nuestra voz para pedir formalmente que el Ayuntamiento declare a Sammy Valente “Hijo Adoptivo de San Pedro de Macorís”, como muestra de justicia y gratitud hacia un artista que ha sabido amar y representar esta tierra como si hubiera nacido en ella.
Reconocer a Sammy Valente no es solo honrar a un hombre, sino reivindicar el valor del arte, la lealtad y la identidad cultural que él encarna. San Pedro no puede seguir ignorando a quienes la han hecho brillar más allá de sus fronteras.
Es hora de saldar esa deuda.
✍️ Mirador Web
San Pedro de Macorís, República Dominicana.
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