Por Frank Sánchez
El pasado domingo se llevó a cabo el esperado encuentro de la promoción 1993 del Liceo Gastón Fernando Deligne, una tradición que, con el paso de los años, ha fortalecido los lazos de hermandad entre sus integrantes. Esta reunión, cargada de nostalgia, alegría y reflexiones, volvió a demostrar el valor de cultivar la amistad y mantener vivo el espíritu de una generación inolvidable.
En un tiempo donde la tecnología muchas veces nos conecta, pero también nos separa físicamente, estos encuentros adquieren una relevancia especial. Volver a mirarse a los ojos, reír con viejas anécdotas y recordar los días de lucha y sueños compartidos es una forma de preservar nuestra esencia humana.
Durante la actividad, el ingeniero José Espencer expresó su agradecimiento a todos los compañeros que no escatimaron esfuerzos para hacer posible esta jornada de calidad humana. También resaltó la importancia de recordar los sacrificios de nuestros padres para que hoy seamos profesionales, y de no perder.
Espencer pide a quienes no pudieron asistir,ponerlo en agenda para el anhelado encuentro del próximo año si Dios permite, para tener el gran privilegio de mirarse a los ojos y darse un abrazo fuerte.
Que Dios permita salud a cada miembro de la promoción 93 del Gastón,una generación fundamentada en valores ; no dejemos que las redes nos separen .es el mensaje del hoy ingeniero José Espencer, quien invita a las nuevas generaciones de estudiantes a priorizar estas actividades.
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