Por Frank Sánchez de Miradorweb.
Regulación y supervisión del vuelo de chichiguas: una necesidad urgente para la seguridad infantil
El vuelo de chichiguas o cometas es una tradición popular que, aunque inofensiva en apariencia, ha demostrado ser una actividad de alto riesgo cuando se practica sin supervisión. A menudo, niños resultan accidentados mientras intentan recuperar chichiguas enredadas en tendidos eléctricos, lo que ha llevado a casos de electrocución con desenlaces fatales o graves lesiones. Sin embargo, este no es el único peligro que enfrentan.
Es sabido que las chichiguas pueden causar interrupciones en el suministro eléctrico al quedar atrapadas en transformadores o líneas de alta tensión. Además, muchos niños, al perder el control de sus cometas por la rotura del hilo, corren detrás de ellas sin medir el peligro, cruzando calles sin precaución y exponiéndose a ser atropellados.
Otro riesgo poco mencionado es el peligro al que se enfrentan cuando persiguen una chichigua hasta lugares desconocidos o propiedades ajenas. En su afán por recuperarla, pueden ser atacados por perros, entrar en conflictos con otros niños que la atrapan primero, ser acusados de intentar robar o, en el peor de los casos, caer en manos de personas malintencionadas. Tristemente, hay casos en los que menores han sido agredidos, secuestrados o incluso asesinados tras alejarse de su entorno persiguiendo una chichigua.
Ante esta realidad, se hace imprescindible que las autoridades, en particular la Fiscalía, tomen cartas en el asunto. Se propone la implementación de un programa de vigilancia con drones para identificar las viviendas desde donde se controlan chichiguas en áreas urbanas. Esta medida permitiría sancionar a los propietarios o, en su defecto, detener a los menores y convocar a sus padres, aplicando multas o incluso medidas más estrictas en caso de reincidencia.
El objetivo de esta regulación no es restringir el derecho de los niños a jugar, sino garantizar que lo hagan en condiciones seguras. Por ello, es fundamental que se habiliten espacios abiertos, supervisados por tutores y la Policía Escolar, donde los niños puedan volar chichiguas de manera controlada. Estos lugares podrían funcionar los fines de semana, con un sistema de alquiler por horas, y requerir que los participantes estén inscritos en la escuela, fomentando así la educación y evitando que el juego se convierta en un distractor del aprendizaje.
Desde Miradorweb, consideramos que estas medidas son necesarias para evitar tragedias y fomentar la responsabilidad de los adultos en el cuidado de sus hijos. No podemos seguir ignorando los peligros que enfrentan los niños cuando vuelan chichiguas sin supervisión. Es hora de actuar con determinación para proteger su seguridad e integridad.
Att. Frank Sánchez, Miradorweb.
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