Interior y Policía debe enfrentar también el ruido de las motocicletas
Por Frank Sánchez – Miradorweb
El Ministerio de Interior y Policía ha emprendido una cruzada enérgica contra la contaminación sónica, enfocándose principalmente en los propietarios de equipos de sonido. Sin embargo, resulta contradictorio que mientras se despoja a ciudadanos de sus bocinas bajo el argumento del orden público, se tolere la verdadera plaga del ruido urbano: las motocicletas con mofles modificados.
Estos motoristas, lejos de aportar alguna armonía sonora, generan un estruendo ensordecedor con mofleras diseñadas para provocar caos. En muchos casos, su comportamiento roza lo terrorista, pues parecen disfrutar de alterar la paz ciudadana con su ruido espeluznante.
Si la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, quiere demostrar un compromiso real con la lucha contra la contaminación sónica, debe ampliar su ofensiva y ordenar operativos constantes contra estas motocicletas. Además, es necesario que Interior y Policía coordine con la Dirección General de la Policía Nacional para que todas las patrullas puedan detener y sancionar a quienes circulan con motos convertidas en armas de tortura auditiva.
El combate al ruido debe ser justo y equitativo. Si solo se ataca a los equipos de sonido y se ignora el problema de las motocicletas ruidosas, la medida se percibirá más como un robo disfrazado de orden público que como una política seria de convivencia ciudadana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario