La noche polar es un fenómeno natural que ocurre en las regiones al norte del Círculo Polar Ártico y al sur del Círculo Polar Antártico. Durante este período, el sol no se eleva por encima del horizonte debido a la inclinación del eje de la Tierra en relación con su órbita alrededor del Sol. Este fenómeno es más pronunciado a medida que uno se acerca a los polos.
En Alaska, particularmente en localidades como Utqiaġvik (antes conocida como Barrow), la noche polar comienza en octubre o noviembre y se extiende hasta finales de enero. Durante estos 67 días, el cielo no se ilumina completamente, aunque puede haber algunas horas de crepúsculo civil (una tenue claridad) al mediodía si el clima lo permite.
Este largo periodo de oscuridad tiene un impacto significativo en la vida cotidiana, ya que las personas deben adaptarse a la ausencia de luz solar prolongada. Las comunidades locales suelen utilizar lámparas de luz especial para contrarrestar los efectos del Trastorno Afectivo Estacional (SAD, por sus siglas en inglés), una forma de depresión ligada a la falta de exposición a la luz solar.
A pesar de los desafíos, los habitantes también celebran la llegada de la luz solar en enero, un evento significativo que marca el fin de la noche polar. Además, la noche polar ofrece oportunidades únicas para admirar fenómenos como las auroras boreales, ya que la oscuridad continua y la baja contaminación lumínica crean condiciones ideales para su observación.
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