COPENHAGUE. El Premio Nobel de la Paz ha sido otorgado hoy al médico congoleño Denis Mukwege y a la iraquí Nadia Murad en reconocimiento a su lucha por acabar con el uso de la violencia sexual “como arma de guerra y en conflictos armados”.
El Comité Nobel Noruego destacó en su fallo su contribución “crucial” para visibilizar y combatir ese tipo de violencia: Mukwege, por su dedicación a ayudar a las damnificadas; Murad, por su condición de víctima y por denunciar públicamente los abusos.
Mukwege es el símbolo “principal y más unificador” de esa lucha, resaltó el comité, que le reconoce haber tratado a miles de víctimas en el conflicto bélico en el Congo, su condena a la impunidad y sus críticas a las autoridades de su país y de otros por no hacer lo suficiente contra el uso de la violencia sexual como arma de guerra.
Perteneciente a los yazidíes, una minoría religiosa de etnia kurda asentada en el norte de Irak, Murad fue secuestrada junto a miles de jóvenes por el grupo terrorista Estado Islámico (EI), que pretendía exterminar a esa etnia y usaba a sus mujeres como esclavas sexuales.
Murad, que logró huir a los tres meses de su cautiverio, rechazó los códigos sociales que exigen que las mujeres permanezcan “en silencio y avergonzadas” por los abusos sufridos y mostró un coraje “poco común” relatando su sufrimiento y el de otras víctimas.
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