🗞️ EDITORIAL
Las recientes declaraciones del diputado César Beltré, representante del PRM por Azua, merecen un premio a la ocurrencia más absurda del año. Según dijo, “el apagón general que dejó sin energía a todo el país no fue producto de incapacidad, sino del calentamiento global que está sucediendo en el mundo”.
Si no fuera tan serio el tema, provocarían risa. Pero se trata de un apagón nacional que afectó hospitales, aeropuertos, comercios y hogares; un fallo que evidenció la fragilidad del sistema eléctrico y la falta de previsión de las autoridades.
Pretender justificar semejante colapso con una teoría improvisada sobre el “calentamiento global” no solo revela ignorancia técnica, sino también una peligrosa subestimación de la inteligencia ciudadana.
Más que un aporte, las palabras del legislador fueron un insulto a la lógica. La gente esperaba explicaciones serias, no excusas disparatadas. Sería prudente que el diputado Beltré recordara que guardar silencio a tiempo también puede ser un acto de responsabilidad pública.
Y si realmente contrató científicos para llegar a tan “trascendental” conclusión, el país debería conocer sus nombres; aunque lo más probable es que ese estudio haya sido elaborado en la “Universidad de las ocurrencias sin filtro”.
La nación necesita funcionarios que piensen antes de hablar y que entiendan que el pueblo no vive de discursos, sino de resultados.
Porque, al final, el verdadero apagón no fue eléctrico, sino mental.
— Redacción MiradorWeb

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