El dominicano Lahione Soto, de 30 años, murió el domingo en el Bronx tras recibir disparos de un policía fuera de servicio durante un intento de asalto para robar una motocicleta. Soto tenía pendiente una orden de deportación emitida por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Soto había cruzado de manera irregular la frontera de Texas en junio de 2024. Las autoridades lo liberaron bajo las disposiciones de la administración Biden, con la obligación de asistir a una audiencia de inmigración en enero. Al no comparecer, un juez lo declaró en rebeldía y dictó la deportación.
En mayo de este año, agentes lo arrestaron en Manhattan por hurto menor, posesión de propiedad robada y uso de herramientas de robo. Según el reporte policial, intentaba extraer correspondencia de un buzón con pegamento y un cinturón. Sin embargo, las reformas de justicia penal vigentes en Nueva York permitieron que quedara en libertad sin fianza.
El dominicano, padre de tres hijos y masajista profesional según su perfil en redes sociales, continuó bajo citaciones judiciales en julio, aunque nunca fue detenido por ICE. El domingo, mientras participaba en un nuevo atraco junto a un cómplice, un oficial fuera de servicio lo enfrentó y le disparó, causándole la muerte inmediata. El acompañante logró huir y sigue prófugo.
El hecho ha reavivado la discusión en Estados Unidos sobre las políticas migratorias federales y el carácter de Nueva York como ciudad santuario, que restringe la colaboración entre las autoridades locales y las agencias federales de inmigración.
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