Santiago, R.D. — La tarde del sábado terminó con una noticia desgarradora para la familia de José Alberto Ramírez, un hombre de 41 años oriundo de El Mamey, La Vega, cuyo paradero se desconocía desde el viernes. Fue encontrado muerto dentro de una cabaña en Santiago, en circunstancias que por ahora siguen siendo un enigma.
José Alberto salió de su casa sin decir mucho. Nadie imaginó que esa sería la última vez que lo verían con vida. Desde entonces, su familia emprendió una búsqueda desesperada, publicando su desaparición en redes sociales y contactando a medios locales con la esperanza de encontrar alguna pista.
La angustia se apoderó de los suyos, especialmente de su madre, quien entró en estado de shock y dejó de comer ante la incertidumbre. “Él no tenía problemas con nadie, estaba bien de salud, era una persona tranquila”, contó su primo, Luis Alejandro Ramírez Rosario, visiblemente afectado.
El hallazgo del cuerpo no trajo respuestas. En la habitación donde fue encontrado había una considerable suma de dinero, pero hasta ahora no se ha esclarecido su origen. Tampoco se ha localizado el vehículo en el que José Alberto se desplazaba, lo que añade más preguntas a un caso ya de por sí inquietante.
La escena quedó en manos de los agentes del Departamento de Investigaciones Criminales (DICRIM) y del Ministerio Público, quienes ya han iniciado las investigaciones para determinar qué ocurrió realmente con José Alberto.
Su cuerpo será trasladado este lunes a su comunidad natal, donde será velado por familiares y amigos que aún no salen del asombro. Las autoridades, por su parte, continúan tras las pistas de un caso que ha conmocionado a dos provincias y dejado a una familia atrapada entre el dolor y la incertidumbre.
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