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domingo, 1 de junio de 2025

CUBA : EL PAÍS DONDE LOS AUTOS NO ENVEJECEN




Por Frank Sánchez – Especial para Mirador web.

En las calles de La Habana, el tiempo parece haberse detenido. No por la arquitectura colonial, ni por la brisa marina que acaricia el Malecón, sino por una escena que asombra a cualquier visitante: un desfile interminable de autos clásicos que parecen salidos de una película de los años 50. En Cuba, los motores no mueren: se reinventan.


🛠️ Autos detenidos en 1959, pero aún en movimiento

Cuando en 1960 se instauró el embargo comercial de Estados Unidos sobre Cuba, el suministro de autos estadounidenses y sus repuestos se detuvo por completo. Pero los más de 150 mil vehículos que habían entrado a la isla hasta entonces —en su mayoría Chevrolet, Ford, Buick, Cadillac, Dodge y Plymouth— no fueron descartados: se volvieron reliquias vivientes, piezas únicas de un museo rodante.


Modelos como el Chevrolet Bel Air 1957, el Ford Fairlane, el Cadillac Eldorado o el Plymouth Savoy aún circulan, algunos pintados de colores caribeños, otros remendados con capas de historia bajo el capó. Muchos se han convertido en taxis turísticos, una fuente de ingreso que mezcla nostalgia y necesidad.

🔧 Mecánica de la resistencia

La falta de repuestos originales obligó a los cubanos a desarrollar una ingeniería popular sorprendente. Motores soviéticos adaptados, piezas de refrigeradores convertidas en componentes automotrices, transmisiones armadas con lo que haya a mano. En los garajes de barrio y talleres improvisados, los mecánicos cubanos lograron lo imposible: que un auto de 1948 siga funcionando en 2025.

"Es como operar un corazón con piezas de bicicleta", bromea Jorge Luis, un mecánico habanero que ha mantenido vivo un Oldsmobile del 49 con motor diésel ruso.


🇷🇺 De Detroit a Moscú

Tras el rompimiento con Estados Unidos, Cuba empezó a recibir autos soviéticos. Ladas, Moskvitch, Volga y hasta los gigantescos ZIL pasaron a formar parte del paisaje, especialmente en los años 70 y 80. Estos modelos, aunque menos vistosos que los americanos, son robustos y más fáciles de mantener con los medios locales.

Hoy, el parque vehicular cubano es una mezcla inigualable: Detroit, Moscú y La Habana conviven en las mismas calles, con un espíritu de resistencia y adaptación que define al pueblo cubano.


🎯 Patrimonio rodante y atracción mundial

Para muchos, estos autos son más que transporte: son símbolos de identidad. En tiempos recientes, el gobierno cubano ha permitido que algunos de estos vehículos sean utilizados para el turismo, generando ingresos importantes para sus dueños.

Turistas de todo el mundo llegan atraídos por la posibilidad de pasear en un convertible Buick de 1955 por las calles empedradas de Trinidad o en un Chevrolet del 56 frente al Capitolio habanero.


📸 Un país congelado en movimiento

Cuba no está detenida. Se mueve, y lo hace en autos que en cualquier otra parte del mundo estarían en un museo. Aquí siguen funcionando porque el ingenio, la pasión y la necesidad se conjugan para mantener vivo lo imposible. Cuba es el único país donde el pasado no se colecciona: se conduce.


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