En medio de la profunda crisis de seguridad que atraviesa Haití, marcada por el control de bandas armadas sobre gran parte del país, han surgido informes que indican que las autoridades haitianas han recurrido a los servicios de Erik Prince, fundador de la controvertida empresa militar privada Blackwater, para combatir a estos grupos.
¿Quién es Erik Prince?
Erik Prince es un exoficial de los Navy SEALs y empresario estadounidense conocido por fundar Blackwater en 1997, una empresa que proporcionó servicios de seguridad y entrenamiento militar a gobiernos y entidades privadas.
Blackwater ganó notoriedad durante las guerras de Irak y Afganistán, especialmente tras el incidente en la plaza Nisour en Bagdad en 2007, donde contratistas de la empresa mataron a 17 civiles, lo que generó condenas internacionales y cuestionamientos sobre el uso de fuerzas privadas en conflictos armados.
Tras cambiar de nombre a Academi y luego integrarse en el conglomerado Constellis, la empresa continuó ofreciendo servicios de seguridad. Prince ha estado involucrado en diversas iniciativas de seguridad en países como Somalia y más recientemente en Ecuador, donde en marzo de 2025 se anunció una colaboración para apoyar al gobierno en su lucha contra el crimen organizado.
La situación en Haití
Haití enfrenta una crisis de seguridad sin precedentes, con bandas armadas controlando aproximadamente el 80% de la capital, Puerto Príncipe. Estas bandas han ganado fuerza militar y financiación, controlando infraestructuras clave y desplazando a miles de personas.
En respuesta, se ha establecido la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), respaldada por la ONU y financiada principalmente por Estados Unidos. Esta misión incluye efectivos de Kenia, Guatemala y El Salvador, y tiene como objetivo apoyar a la Policía Nacional Haitiana en la lucha contra las bandas armadas.
Controversias y preocupaciones
La posible participación de Erik Prince en Haití ha generado preocupaciones debido a su historial y al uso de contratistas militares privados en conflictos anteriores. Críticos argumentan que la privatización de la seguridad puede llevar a abusos y falta de rendición de cuentas, especialmente en contextos frágiles como el haitiano.
Además, la relación de Prince con figuras políticas como el expresidente Donald Trump ha sido objeto de escrutinio, especialmente considerando propuestas anteriores para utilizar contratistas privados en operaciones de seguridad y deportaciones en Estados Unidos.
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