La provincia canadiense de Ontario suspendió un contrato de 100 millones de dólares con Starlink, el servicio de internet satelital de Elon Musk, como represalia por los aranceles impuestos por Estados Unidos a Canadá.
"Ontario no hará negocios con quienes buscan destruir nuestra economía", declaró Doug Ford, jefe de Gobierno de la provincia, en un comunicado oficial.
Además, el personal de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) recibió instrucciones de no presentarse en su sede en Washington. Según un aviso interno, la orden se dio después de que Elon Musk anunciara un acuerdo con Donald Trump para cerrar la organización.
Trabajadores de USAID informaron que 600 empleados fueron expulsados del sistema informático de la agencia durante la noche. Quienes aún tenían acceso recibieron correos internos indicando que, por orden de la dirección, el edificio permanecería cerrado el lunes 3 de febrero.
En respuesta a estos acontecimientos, varios países están evaluando retirar los servicios de Starlink y dejar de comprar vehículos Tesla, lo que podría tener un impacto significativo en las empresas de Musk.
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