El “test del vaso de agua” es una técnica aparentemente simple pero efectiva utilizada por algunos reclutadores para medir valores clave como confianza, cortesía, gratitud y adaptabilidad en los candidatos. Aunque puede pasar desapercibido, su aplicación suele ser reveladora.
El test consiste en ofrecer un vaso de agua al candidato al inicio de la entrevista, un gesto que puede parecer protocolar o parte de la cortesía habitual. Sin embargo, lo que verdaderamente se observa es cómo actúa el candidato con el vaso al final de la conversación. Por ejemplo:
- Gratitud: Si agradece por el gesto al recibir el vaso o al finalizar.
- Orden y responsabilidad: Si deja el vaso en su lugar o pregunta dónde colocarlo.
- Atención al detalle: Si se muestra consciente de la acción y toma decisiones al respecto.
El propósito detrás de esta estrategia es identificar rasgos conductuales que a menudo pasan desapercibidos en las preguntas técnicas o formales. Un candidato que cuida detalles como devolver o desechar el vaso correctamente demuestra tener habilidades blandas como respeto hacia los demás, conciencia del entorno, e inteligencia emocional.
Aunque puede parecer un método subjetivo, los detalles que revela este test pueden ser determinantes en una cultura corporativa donde las actitudes tienen tanto peso como las aptitudes técnicas.
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