ANÁLISIS MIRADOR WEB.
La decisión de Urrutia de regresar a Venezuela, a pesar de las amenazas de Diosdado Cabello de que será arrestado, tiene implicaciones estratégicas clave.
EE.UU. y otros países, incluida República Dominicana, reconocen a Urrutia como presidente legítimo, lo que convierte cualquier acción contra él en un acto de alto riesgo diplomático para el gobierno de Maduro. Si Urrutia regresa y es arrestado, sería visto como un "secuestro de estado", posiblemente activando una intervención internacional.
Sin embargo, si no se toman medidas contra Urrutia y sufre un ataque, la culpa recaerá inevitablemente en Maduro y su círculo, incluso si no están involucrados directamente. Por eso, es lógico pensar que Maduro no quiere que Urrutia regrese, ya que su presencia podría desencadenar una crisis inesperada, interna o externa.
La amenaza de arresto parece ser una táctica para disuadir su regreso y minimizar riesgos para el gobierno. Sin embargo, Urrutia debe considerar que aceptar esa disuasión podría ser interpretado como una señal de debilidad, tanto por sus aliados como por sus adversarios.
Mi conclusión: regresar convierte a Urrutia en una figura con gran peso simbólico y político, pero también lo expone a ser usado como mártir o herramienta de propaganda. Una estrategia más prudente podría ser liderar desde el exilio hasta que las condiciones en el terreno sean menos riesgosas para su integridad y sus objetivos.
Muchas veces las cosas no son lo que parecen.
Att Frank Sánchez de Miradorweb
WS 809-901-5204.
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