La Policía de Nicaragua ha desplegado un fuerte contingente alrededor de la Curia donde permanecen cercados monseñor Rolando Álvarez y otros 10 religiosos. (Foto AFP)
La norteña ciudad nicaragüense de Matagalpa vive un inusual operativo policial. Las principales calles de la ciudad están tomadas por policías con armas de guerra y agentes antimotines. Patrullas bloquean los accesos a un edificio esquinero pintado en color naranja oscuro, mientras drones vigilan ocasionalmente desde el cielo lo que pasa dentro de esa vieja casona.
Adentro, la comida y las medicinas han comenzado a escasear y la Policía ha impedido que los sitiados sean reabastecidos. No es un gran jefe narco ni un grupo terroristas quienes están cercados desde hace 10 días sino un obispo, cinco sacerdotes, dos seminaristas, dos camarógrafos y corista de cantos religiosos. La casona rodeada no es un cuartel, un búnker o una fortaleza, sino la Curia Episcopal de Matagalpa.
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