Desafortunadamente, un ladrón recibió una dura lección mientras cometía una de sus fechorías al perder la vida de una forma que jamás se imaginó.
Un joven padre de 25 años, originario de Pontypool, al sur de Gales, llamado Daniel Stephens protagonizó un insólito accidente. El pasado 12 de agosto, a las 6 de la mañana (tiempo local), un hombre que dejó su auto BMW al interior de un estacionamiento descubrió el cadáver de Stephens debajo de su vehículo.
La policía local inició la investigación pertinente para conocer las causas exactas del deceso de Daniel, por lo que interrogaron a uno de sus amigos, Aaron Godfrey, el cual había estado con él la noche anterior y quien notó que el hombre se veía sumamente preocupado y le confesó que se encontraba deprimido y estresado, ya que necesitaba cubrir la pensión de sus 3 hijos, producto de su última relación.
Godfrey comentó que Stephens le contó que planeaba robar un catalizador de un auto BMW que había visto en un estacionamiento, y el cual valía unos $520 dólares. Aunque su amigo le insistió que no pensara en esa solución, todo parece indicar que no lo escuchó.
El propietario del vehículo, Russell Seldon, encontró el cuerpo Stephen cuando se acercaba a su automóvil para ir al trabajo.
“Crucé la calle desde mi casa hasta mi coche, que estaba en el pequeño estacionamiento de enfrente. Vi un par de piernas que sobresalían de debajo del auto, con pantalones y zapatillas de color oscuro. Llamé y tiré de la pierna de la persona para ver si estaba bien, pero no hubo respuesta”, dijo Seldon en un comunicado en la corte.
La agente de policía de Gales del Sur, Leah Jeffries, aclaró que Stephens murió aplastado por el auto BMW cuando intentaba robar el catalizador luego de que este se zafara del gato..
Stephens fue llevado al hospital donde fue declarado muerto. Finalmente fue identificado por huellas dactilares y tatuajes. Se registró como causa médica de muerte asfixia por aplastamiento. La autopsia reveló lesiones en el pecho, la cara y el cuello.
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