A ocho meses de que la pandemia por el nuevo coronavirus se expanda por todo el mundo, son muchos los hallazgos que siguen esclareciendo el panorama. Sin embargo, los misterios y los interrogantes alrededor de esta enfermedad siguen generando confusión.
Mientras la pandemia circula, se controla y reaparece, los estudiosos no dejan de abrir puertas posibles a nuevos conceptos. Así fue como algunas medidas que se creían valiosas empezaron a modificarse en función a los nuevos conocimientos.
El COVID-19 se transmite por el aire
La trasmisión en el aire del COVID-19 sigue siendo materia de debate, pero esta semana 239 expertos se pronunciaron a través de un documento presentado por el Laboratorio Internacional de Calidad del Aire y Salud de la Universidad Tecnológica de Queensland, Brisbane, Australia, en donde se hace un llamado a la comunidad médica y a los organismos nacionales e internacionales relevantes para que reconozcan el potencial de propagación por el aire de la enfermedad del coronavirus. “Existe un potencial significativo de exposición por inhalación a virus en gotitas respiratorias microscópicas (microgotas) a distancias cortas a medianas (hasta varios metros, o escala de habitación), y estamos abogando por el uso de medidas preventivas para mitigar esta ruta de transmisión aérea”, sentencia el documento.
Los estudios de los firmantes y otros científicos han demostrado más allá de toda duda razonable que los virus se liberan durante la exhalación, el habla y la tos en microgotas lo suficientemente pequeñas como para permanecer en el aire y representar un riesgo de exposición a distancias superiores a 1 ó 2 metros de una persona infectada. Por ejemplo, a velocidades típicas del aire en interiores, una gota de 5 μm viajará decenas de metros, mucho mayor que la escala de una habitación típica, mientras se asienta desde una altura de 1,5 m hasta el suelo.
“La evidencia es ciertamente incompleta para todos los pasos en la transmisión de microgotas de COVID-19”, confirman los expertos, pero recalcan que siguiendo el principio de precaución, se deben abordar todas las vías potencialmente importantes para frenar la propagación de la COVID-19.
José Luis Jimenez, experto en química ambiental, definió al SARS-CoV-2: “Desde el punto de vista técnico es un virus que se transmite por esta vía de los aerosoles y un poco por las superficies; es difícil de entender ya que no es súper contagioso.
La medicina y los epidemiólogos tienen la creencia de que si un virus se transmite por el aire tiene que ser muy contagioso y esto es un error de la historia; han negado que las enfermedades o los virus se transmiten por el aire y sólo se han demostrado las que eran muy contagiosas”.
Esta tesis refuerza el hecho de que existe la transmisión aérea del nuevo coronavirus y es más importante de lo que se creía.
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