Después de 17 años de que un grupo de 602 militares y policías dominicanos fueran a la guerra de Irak como parte de una misión de apoyo y reconstrucción, una comisión de oficiales determinó que el Gobierno debe pagarles US$1,942,526 (unos 114 millones de pesos) por concepto de viáticos, especialmente a los que participaron como miembros de las Fuerzas Armadas.
En un documento que envió en junio pasado el exministro de Defensa, teniente general Rubén Paulino Sem, al entonces ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, se incluye la investigación interna hecha por un mayor general, cuatro generales y dos coroneles, en la que concluyen y recomiendan que se distribuyan US$1,209,406 en la Fuerza de Tarea Quisqueya I, que estuvo integrada por unas 302 personas, y US$733,120 en la Fuerza de Tarea Quisqueya II, que abarcó al resto.
Compete ahora a la Presidencia determinar de dónde saldrán los fondos para hacer esos pagos que por años reclamaron participantes en la misión especial.
Los 602 miembros que cita la comisión –también se ha
manejado 604– fueron enviados a Irak en agosto de 2003 y en enero de 2004 por
el entonces presidente Hipólito Mejía, quien buscaba la reelección. A pesar de
la oposición política y social de esa decisión, el Gobierno dijo que se envió
al contingente para ayudar al pueblo iraquí a reformar sus instituciones y
reconstruir su país asediado por una guerra motivada principalmente por la
supuesta posesión y desarrollo de su líder, Saddam Hussein, de armas de
destrucción masiva.
La base de operaciones de los dominicanos estaba en
Diwaniya, una ciudad a unos 180 kilómetros al sur de Bagdad. El grupo se
integró a tropas de Honduras, El Salvador, Nicaragua y España (que las
encabezó) para conformar la Brigada Multinacional Plus Ultra de la operación
Iraqui Freedom, liderada por los Estados Unidos.
Según el Ministerio de Defensa, el personal que participó en
las Operaciones de Estabilización (reconstrucción) en el Estado Árabe de Irak
realizó tareas de vigilancia, patrullaje e inteligencia, hasta que se terminó
la misión en mayo de 2004.
Tras su retorno, hubo militares que presentaron estrés
postraumático y otros aún tienen secuelas comunes como agresividad e
intolerancia. El excabo Rubén Rivas Rodríguez, quien fue miembro de la Fuerza
de Tarea Quisqueya II, mantuvo un cuadro mental que le provocó vivir como un
demente, según comprobó Diario Libre en un reportaje publicado en mayo de 2019.
Unos 143 integrantes de la misión dominicana en Irak
conformaron el “Club de Veteranos Unidos Unión y Fuerza, de la Fuerza de Tarea
Quisqueya I y Quisqueya II”, y además de los viáticos ahora comprobados,
también solicitaron por años al Gobierno pensiones, viviendas y
condecoraciones, asegurando que también les fueron prometidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario