Jorge Paulino, un sobrino del difunto, dijo que la gerencia
de la funeraria, situada en la avenida Grand Concourse y la calle 192, en El
Bronx, incumplieron el contrato firmado, e incluso, trataron de culpar al
consulado dominicano en Nueva York y a la aerolínea Delta, diciéndoles primero
que faltaba un papel y después que el vuelo estaba retrasado por “mal tiempo” y
más tarde que las líneas prefieren maletas y no ataúdes.
Desde el jueves, la funeraria les dio varias fechas a la
familia, asegurándole que el cadáver sería repatriado en la fecha acordada,
después que era el sábado y luego el domingo.
El sobrino dijo que tras hacer varias diligencias, presionar
y hablar con el propietario de la funeraria, éste, les dijo que definitivamente
el cuerpo sería enviado el lunes, pero hasta ayer martes, el muerto seguía en
la funeraria.
Paulino dijo que más de veinte de parientes del occiso
viajaron a la República Dominicana para unirse a los funerales, y muchos de
ellos tenían regreso a Nueva York para comienzos de esta semana, porque debían
reintegrarse a sus trabajos.
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